25 de noviembre.



25, tanta fuerza tiene el número como la que he puesto en luchar todo este tiempo, no será por falta de ganas de tirar la toalla en algunos momentos…
Nadie dijo que fuera fácil pero tampoco imaginé que la sociedad en la que vivimos y los valores que se promueven me lo pusieran tan difícil.
Una denuncia en el despacho de una comisaria, entrando y saliendo policías, sin intimidad. Una abogada que me pone en duda, unos malos tramites que retrasan el proceso, una psicóloga la cual en su pasado hizo las cosas mal y en un futuro no quiere mejorarlas, una justicia inexistente cuando se trata de algo relacionado con el patriarcado, la excusa de una enfermedad selectiva, una familia biológica que me apoya, pero se cuestiona porque no lo hice antes y no pregunta nada. Una familia que me acompaña en todo el proceso, pero tienen inculcados muchos pensamientos que van en contradicción conmigo, pero a pesar de todo no me sueltan ni un segundo, un director que me ayudó a quitarme la venda de los ojos y a luchar por superar todo aquello que me atormentaba, una fundación que me da las herramientas para poder superar las tormentas, un padre que siempre está dispuesto a escucharme, apoyarme y acompañarme, un abogado competente, preocupado y que hace bien su trabajo. Una prima biológica que ha pasado por lo mismo y está dispuesta  ayudarme a cerrar la herida. Una prima que no he elegido, pero elegiría mil veces tenerla en mi vida, que no sabe que pasa, pero siempre me acompaña.

Un 25 con tanta fuerza como la que tengo para superar esta batalla.


Paula.

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